10/11/10

JULIAN ROSEFELDT/ MAKING OF

(Extracto del texto publicado por Javier Panera en el número 39-40 de la revista Art.es dedicada en este número integramente a Alemania)
La primera vez que me enfrenté con el trabajo de Julian Rosefeldt (Munich, 1965) fue con motivo de la exposición colectiva Barrocos y Neobarrocos. El Infierno de lo Bello, celebrada en el DA2 de Salamanca en 2005. La obra con la cual participaba era Asylum (2001-2002), una monumental instalación inmersiva de nueve pantallas que me pareció muy util para materializar conceptos que el semiólogo Omar Calabrese utilizaba para explicar la "era neobarroca". Con su estructura narrativa circular, fragmentaria, polifónica, Asylum se aproxima a uno de los temas más candentes de la sensibilidad europea: la inmigración. Rosefeltd contrató como actores a 120 personas, la mayoría inmigrantes, que interpretaron su propia existencia como trabajadores extranjeros que se afanan en la ejecución mecánica de los únicos trabajos de una sociedad (llena de miedos y prejuicios) espera de ellos: limpiadoras, repartidores de periódicos, cocineros, trabajadoras del sexo...

Frente al estilo aparentemente "amateur", tan frecuente en la videografía contemporánea (especialmente en artistas que tocan temas sociopolíticos), las instalaciones de Rosefeldt, que puede trabajar con película de 16 y 35 mm, son impactantes despliegues audiovisuales sobre la "teatralización de la vida cotidiana" mediante procedimientos alegóricos y citas a la historia del arte; sumergiendo al espectador e un laberinto de proyecciones que plantean complejas relaciones espaciales y emocionales y sumergiendole en una experiencia sensorial inmediata que puede llegar a ejercer un atractivo hipnótico y dejarlo psicológicamente indefenso, pero cuya lectura no siempre es fácil: son obras exigentes e incluso radicales en cuanto al "contrato" que establecen con el espectador. Rosefeldt parte de un concienzudo replanteamiento de la propia "experiencia expositiva" en la que intenta controlar toda la puesta en escena museística: "Cuando estás en el cine, estás sentado, mirando, y todos tenemos más o menos la misma sensación sobre la secuencia de montaje. Pero nuestro comportamiento respecto al montaje en una exposición es totalmente distinto..." apuntaba al respecto en una entrevista reciente.
Cuando el espectador transita por instalaciones como Asylum (2001-2002) Trilogy of Failure (2004-2005) o American Night (2009), no solo se libera de la "paralisis cervical" a la que le someten el cine y otras imágenes en movimiento, sino que se está cuestionando el consumo pasivo de imágenes. Fracturando la narración y la integridad del campo visual y sonoro, se desafían los sistemas de percepción del espectador obligándole primero a "tomar posiciones" y luego "tomar decisiones", para invitarle finalmente a elaborar sus propias teorías interpretativas. En sus instalaciones, como diría Antonio Muntadas: "la percepción requiere participación". Como buen artista neobarroco, es amigo de las paradojas y viene a decirnos que no solo la obra de arte es un espacio ficcional, sino que también lo es el museo, reivindicando con ello el propio espacio expositivo como legítimo "teatro del mundo". Algunas de sus instalaciones más conocidas "ponen en escena" (como so de un "Tableau Vivants" se tratara) rituales cotidianos cuidadosamente coregrafiados que se ven interrumpidos por acciones absurdas, parecen sacadas del mundo de los sueños y nos obligan a reconsiderar de modo permanente los límites entre realidad y representación.

1 comentario:

Raúl dijo...

He hecho un post sobre la expo en nuestra web, El Varapalo. Enhorabuena por la exposición, que es buenísima, y suerte con la afluencia de público, que se lo merece.