Ahí está de pie frente a la ventana. No importa el día, la hora, el piso. Ella siempre está en la misma posición; esperando. A veces con las medias aún sin poner, otras acompañada por una mujer sentada que la mira de lejos. Hay momentos en los que llora, dejando que sus lágrimas rieguen la moqueta más cara que él pudo pagar, pero sin dejar que las horquillas se muevan de su sitio o el rímel se diluya. Se adapta, como el mejor objetivo fotográfico, para evitar desenfoques problemáticos que no se puede permitir. Esperando a …, ¡Esperándole y basta! No importa si fuera llueve o hace sol. ¿Llueven hombres? ¡Qué más da! Lo importante es no dejar que nada te empape. A fin de cuentas el mundo lo construyeron un montón de personajes con batas blancas empeñados en no mancharse, ¿por qué querría nadie mojarse? Una hormiga trepa por la cenefa de la cortina, a juego con la tapicería del sofá, mientras ella sigue mirando por la ventana.
Esther Patrocinio
2 comentarios:
uaa me gustó el texto! tengo ganas de ver la expo, a ver si se me ocurren tamañas palabras
Gracias. Sólo intenté reconstruir la historia que condensa la fotografía.
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