11/12/09

PABLO GARCÍA EN EL ESPACIO EMERGENTE DEL DA2


Pablo García es un artista formado en la Facultad de Bellas artes de la Universidad de Salamanca que presenta un selección de foto-pinturas texturizadas sobre lienzo en las que aborda la “extrañeza” dentro de la condición humana y la irrupción de lo siniestro en el seno de lo cotidiano a partir de una galería de retratos realizados mediante una singular técnica que combina el collage digital con la modificación pictorialista de las imágenes, tránsformándolas en émulos de la tradición tenebrista barroca pasadas por el tamiz de la cultura popular.

La idea de archivo, de taxonomización iconográfica, cuenta dentro de la fauna F. de la fotografía con una amplia tradición en la que podemos recordar a August Sander, en su empeño por realizar una especie de inventario humano de los tipos sociales y las profesiones cotidianas de la Alemania prenazi, y que culminó con la publicación de su proyecto El Rostro del Tiempo”

Un afán de catalogación archivística no menos concienzudo y globalizador –es decir, asimismo quimérico e irrealizable en su completa totalidad- parece inundar igualmente los intereses creativos de Pablo García. Estrategias de construcción de un archivo fotográfico muy personales y singulares con las que trata de levantar acta notarial de toda una auténtica galería de raros, de un gabinete semejante a aquellos de las ilustradas curiosidades dieciochescas, trasladadas ahora a nuestros días en virtud –y en vicio- de los procesos digitales de captación y reproducción iconográficas. (…)

1. Como un postmoderno doctor Víctor Frankenstein, Pablo García ha ido recolectando en el gabinete-estudio digital de su ordenador fragmentos de cadáveres iconográficos: rostros, cuerpos, órganos, detalles, espacios y tejidos virtuales a los que insuflar una nueva existencia, como una suerte de Ars Combinatoria que diera a luz la sombra de un bebé perverso, polimorfo y polisémico.

2. Existe una cierta predilección por representar seres antitéticos: del doce al seis, o del tres al nueve en la esfera del tiempo. O, por decirlo de otro modo, una galería de ancianos cohabitando con un buen surtido de niño/as francamente intimidatorios (…).

3. Percibo en estas imágenes un gran interés por todas las calidades matéricas que hace que sus obras adquieran una visualidad muy pictórica.
Calidades que van desde su geografía visualmente táctil(…) a una obsesiva (pre)ocupación por los relieves de la piel, que quedan, una y otra vez, manuscritos por la ortografía de los tatuajes. Leer esos pellejos es como leer el propio libro de sus vidas: una densa y barroca literatura, llena de rumor y de furia.

4. Curiosamente una galería de criaturas –aparentemente- humanas como ésta da cobijo también a otra galería paralela en la que diversos animales parecen demostrar una temperatura de “humanidad” más elevada que la de los propios animales racionales (... )

5. El eterno femenino no sale del todo bien parado en la representación de este gabinete de curiosidades-Caligari. Las dos únicas mujeres en estado de merecer, realmente no merecen demasiada ternura por parte de su autor.

Muestran sus senos como frutas de un árbol, sino prohibido, seguramente casi podrido, y aunque tienen el corazón roto y el velo como un voto (de fundamentalismo), la realidad es que apenas consiguen (con)mover alguna parte de nuestro cuerpo de hombres.

6. Claro es que éstos –los hombres- tampoco resultan tratados precisamente con demasiado cariño. Quizás una de las excepciones, pienso, sea ese ciego que abre ante nosotros el mar salino de sus ojos vacíos. En otros casos, lo único que abren son sus cuerpos fofos, y un tanto amorfos.

7.Otro rasgo compositivo común es el hecho de que todos estos personajes –en un artificio muy típico del barroco nos miran a los ojos directamente, buscando-encontrando la inquietud en nuestras miradas (…) y sin embargo, no estoy tan seguro de que sean dardos de amenaza, sino más bien disparos de salva pidiendo amparo y comprensión.

La práctica totalidad de esta inquietante colección de criaturas, amigas y residentes en Friquilandia, responde a un mismo patrón de formalización compositiva. Son figuras individualizadas, capt(ur)adas espacialmente en planos medios, y especialmente en posturas y actitudes poco recomendables. Al aura de desasosiego e incomodidad que provoca su contemplación, contribuye ciertamente la elección como soporte no de papeles de calidad fotográfica, sino por el contrario de lienzos texturizados, con los que consigue evitar -debido a la calidez de su fisicidad- la frialdad de ciertas imágenes digitalmente reproducidas (…).

Fragmento adaptado del texto: “Sombra en la luz, luz en la sombra” de Paco Carpio. Catálogo de la exposición: “Pablo García: Desideratum”. DA2.-Diciembre 2009 – Enero 2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que la exposición de este señor no sólo no me dice nada sino que no me ha gustado en absoluto, una serie de fotografías-retratos, oscuros, feos y patéticos. No puedo comprender como están en un museo algunas de las imágenes que forman parte de estas exposiciones.Olaf salva la muestra.